Fénix 11, 292-330

Libro primero de Cabildos de a ciudad de San Juan de la Frontera de Chachapoyas por RAUL RIVERA S ERNA INTRODUCCPON Circunstancias especiales, tales ccmo la necesidad de establecer pun- tos de avanzada para la conquista de la región montañosa, así como la de man- cnner en orden a das tribus levantiscas de la región, determinaron la fundación d e la ciudad de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas, el 5 de Setiem- bre de 1538, e n Xalca o Jalca, señorío del Cacique Cuta, octo que se realizó en virtud de provisión expedida por e1 Marqués Dn. Francisco Pizarro el 28 de Junio de 1538. La culminación de la empresa no tuvo, srn embargo, las características d e otros actos similarm ya cumplidos en la extensa gobernación peruana, pe- s e a las cualidades de "hombre de b ~ e n a traca y cordura" que asistían a su mentor y fundador el Capitán y más tarde Gobernador, Dn. Alonso de Aiva- rado. La primera penetración realizada hasta Cochabamba en compañía de 20 hombres entre los que destacaban: Aíonso de Chávez, Francisco d e Fuen- tes, Juan Sánchez, Agustin Díaz, l uan Pérez Cnsss, y Diegjo Diaz, tuvo éxito; pues, los indígenas recib-;?ron gratamenfe a Em expedicionarios; a tal punto de que, según anota e1 cranista Mayor Antonio de Nerrera, Alvarado los con- minó a la nbJuración del credo pagano ". . .dixoles -refiere-- que enten- diefen, que ia no avia de aver Idolos, ni ech~cerias, ni derramamientos de fan- gre humana, de Aves, ni Animales, fino adorar a un solo Dios, que crió todas las cofas. . ." (Historia General de los heclzos de los castellanos, efc. Déc. V , Lib. V I , p. 172). Agrega, más adelante, "Oieronle de buena gana, i dixeron, que querian fer Christianos; i Hombres, i Mugeres mu i galanes hicieron un baile en la Placa, i quitandofe las joias, i poniendolas W L monton, las prefen- t a r m á Alonso de Alvarado." (Historia cit. p1. 172). Cumplida esta auspiciosa exploración, Alvarado retornó a TrrrJilSo y luego a la ciudad de los Reyes don- de alistó la segunda expedición. Formadas las fuerzas necesarias partió nue- vamente el Conquistador al Norte. Ea segunda penetración no tuvo, como esperaba Alvarado, la7 grafas características de la acogida anterior, pues tuvo Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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