Fénix 10, 287-297

Testimonios Allá por el año 1925, ese diligente y agudo periodista que fué Ricardo Vegas Garcín interrogó, acerca d e sus proyectos o sus inminer-ites realizaciones, a treintidós trabajadores de la cultura. Fueron veinticinco ensayistas y poetzs, tres periodistas y cuatro arfisfls. De ellos, catorce han muerto, algunos parece que han dejado apagar la llama d e la inspi- ración o fueron abatidos por las vicisitudes d e la vida, y m u y pocos son los que aún man- tienen o renuevan las vibraciones d e su voz. Pero las respuestas no interesan únicamente por su valor testimonial, por los círros indicios que arrojan sobre las circunstancias per- sonales, o por el ingenio que e n ellas aflora.. La encuesta íntegra tiene hoy una especial significación, pues da a conocer las orienfaciones predominantes e n esa histórica coyui~fura de la wolución cultural del país.. Y. a través d e las displicentes o premeditadas reflexio- nes qu e cada uno desliza, hállanse elementos edecuados para definir las presiones del am- biente. Destacamos las observaciones pertinentes al efecto que e n la inquietud creadora ocasionaba la conciei:cia d e la soledad e n que se realizaba la obra.. Parecía escasa la emoción de la audiencia a la cual se dedicaba el esfuerzo, y juzgábase que el estímulo público no se manifestaba adecuadamente. Tan t o Enrique Buctama:lte y Ballivián, como Alberto Guillén, inciden e n la salutifera influencia qu e ~ o d r í aejercer u n editor activo; y, e n tanto que uno deja asomar su fino humorismo, el segundo asume su afectada vanidad, para explicar cualquier evenfuaf silencio. Según dice Enrique Bu.stamante y Ballivián: "Aqtrí n o se puede preparar nada y l o que se prepara no se realiza, que es como n o pre- pararlo.. . [porque la publicación d e libros] es cuestión d e editor y todavía no tenemos cosa tan perfecta". Y Alberto Guillén declara: "Allí se estarán mis libros como pájaros disciptinados, ocultos bajo el ala d e su sordo gorjeo, esperando al Editor aventurero que los lance a los cuatro vientos como polen d e oro a las almas e n flor". Pero la gravifación d e hecho tan notorio infunde a otros desaliento y escepticismo. "Los proyectos. . . no son sino ilusiones que la realidad y la vida desvanecen" -apunta Luis Varela y Orbegoso. "Donde n o existen el esfímulo crítico, ni la compensación económica, no es dable creer e n e1 esfuerzo ni el éxifo literarios como proyección hacia el futuro" --observa Antonio Garland. Y , no obstante su pujanza jzivenil, Vícfor Modesto Villavicencio exclama: ";Cuán dificil resulfa la publicación d e un libro! E n nuestro país no hay estímnl::, no hay pro- tección. no hay voces de aliento, n o hay nada". M u y reveladora es la coincidencia, sin duda alguna. Y puede creerse qu e habría sido profundizada, si aquellos freintidós escrifo- res y artistas hubieran sido excitados a redactar una declaración común. Pero el carácter d e la encuesta obliga a evitar los concepfos ya emitidos. Y, e n tanto qu e algunos adoptan una actitud esfeticista, otros se aturden coi? la exhibición d e sus horizontes individuales o deslizan alguna expresión amarga. Denuncian una tácita indiferencia por la opinión o las apetencias d e los lectores; y, si bien es ésta una lógica reacción ante la falta d e interés público, debe reconocerse que ella n o contribuye a superarla, sino a manfenerla. Con su habitual sutileza, José María Eguren elude una declaración cafegórica, es- cudándose e n tina frase condicional: " S i al poeta que aspira l o imposible, no l e fueran adversas las preparaciones, publicaría mi s memorias como u n claro de amistad, pues e n ' ellas aparecerían estenografiadas l a ideas estéticas d e mis amigos, e n las giras campestres y lecturas, e n las conversaciones d e esperanza". José Fiansón subordina su obra a los des- teilos d e la inspiración: " No preparo nada, porque siempre me h e llevado d e las impre- siofies del momento ambiente; las einociozies vividas m e sugieren versos que brotan hechos por obra y gracia d e la subconsczencia". Raymucáo Morales do la Torre confiesa que toda su obra es una renovada improvisación: "Nunca h e proyectado preparar u n libro. . . [porque son] ajenos a mi espíritu: la pesquisa d e un tema, el trazado de u n plan, la lenta gestación d e un proceso". Con juvenil arrogancia, Federico Bolaños júzgase original y muestra cierto adanismo: " E n arte, yo no preparo nada. . . Cuando se es arfista d e miente quien dice que prepara. . . La obra d e arte único se crea". Y , al revelar sus pro- yectos literarios, sólo Augusto Aguirre Morales y José Chioino dejan enfrever que mirar: hacia el público: el primero, con ánimo d e comprometer la admiración. y el segundo, in- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.10, 1954

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