Fénix 9, 81-196

Estudio y edición de la "Defensa de Damas" por LUIS JAIME CISNEROS A Raúl Porras Barrenechea Dicen todos los críticos que la Defensa de damas es obra de Diego Dávalos y Figueroa, poeta astigitano, afiliado a la escuela sevillana, que se llega al Perú, huido al parecer de su tierra, muy cerca de 1573. La obra ha sido citada con frecuencia por los historiadores de la literatura peruana, sin que la cita haya denunciado lectura directa, según se desprenderá de este trabajo. Muchos han insistido en que la Defmsa es obra ajena a la Miscelánea ausfral (Lima, Antonio Ricardo, 1602). Lo que no es exacto. La Defensa de damas, no obstante haber aparecido independientemente, con carátula y pie de imprenta anunciadores de libro individual (Lima, Antonio Ricardo, 1603), forma parte integral de la Miscelánea austral, por contenido, estructura e in- tención. Es como el último coloquio de la Miscelánea, donde se ha ido pre- parando el tema aquí y allí, ora al hablar del amor (Coloquios 11 al VIII), ora hablando de los celos (Colqs. IX y X), ora al hablar de la mujer (Colqs. XIX y XX). La Defensa de damas, inferior en méritos literarios a la Misce- lánea, se apoya en una copiosa tradición románica y refleja, en el caso de su autor, un temperamento que si por tema y estilo parece estar mirando al cla- sicismo del segundo renacimiento, que busca un símbolo en Petrarca, por len- gua acusa fuertes rasgos medievales que son como el claro signo de un anda- miaje barroco que se anuncia. Por otro lado, ofrece la Defensa buenos tes- timonios de la primera presencia de los temas de la miitología grecolatina en nuestras letras coloniales, a la que han abierto camino fácil Ovidio y Virgilio, tan elogiado por Dávalos en los coloquios de la Austral. Hay una fogosa y medida vocación por el entusiasmo en Dávalos de- mostrada a lo largo de la Miscelánea: viva cuando recuerda, por ejemplo, su linaje y el de Cilena; patente a propósito de las reflexiones sobre la muerte; rayana en la vanidad -si se quiere- cuando escribe el hasta él no escrito Triunfo de los celos, y que estalla, por fin, en la Defensa de damas, donde, si miramos con rigor, el verso suele decaer en inspiración, convertido en servil instrumento de un largo peregrinaje por la historia y la mitología. Si nuestra crítica ha tenido pocas noticias de la Miscelánea austral, Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.9, 1953

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx