Fénix 4, 730-741

Anatole France Bibliotecario Por J. Fréderic FINO Conjerencia pronunciacla en Monfevidto, el 8 de no- viembre de 1946, en la "Exposicíón Se1 Libro Anfiguo", organizada por AA4IGOS DEL ARTE, conj~intamente con las "Jornadas Bibliotecológicas". Señoras, señores : Agradecemos con toda sinceridad a las autoridades de AMIGOS DEL ARTE, el habernos proporcionado el honor de tomar la palabra ante Uds., en este a,mbiente grato al bibliófilo. Vemos aquí un sorprendente caudal de tesoros bibliográficos y hemos creído que nuestro viejo maestro Anatole France se vería gustoso evocado en medio de los libros que tanto amó. El se hubiera complacido en visitar, una y repetidas veces esta Expo- sición. Se hubiera detenido frente al majestuoso Cafholicon, impreso por Gutenberg allá en el 1460, y habría recordado las páginas que su pluma con+ sagrara al genio del "arte negro". Voluptuosamente, sus largas manos aba- ciales hubieran acariciado el suave grano de las encuadernaciones de marro- quín. Sus dedos habrían despertado, de un papirotazo, la sonoridad del rí-. gido papel de Holanda encolado, mientras que sus ojos seguirían los finos trazos de un buril o las sinuosidades de una aguafuerte. Quizás, con su peculiar sonrisa, nos detallaría los encantos de alguna opulenta Venus semidesnuda, grabada sobre un frontispicio, recordando a jacques Tournebroche a quien turbara una imagen semejante apercibida en la librería de M. Blaizot. A buen seguro hubiera gustado conversar con la señorita Emrna Brace- ras, sagaz autora del Cafálogo de la Exposición y aquilatar, con su profundo saber, cada una de las eruditas acotaciones que lleva. Tuvimos la suerte de conocer a France en París, hace muchos años, a raíz de una reunión de estudiantes. Eramos aún muy joven, pero su imagen no se ha borrado de nuestra mente y ~ u e d eque el cariño qiie sentimos por los libros se deba, en gran parte, a su influencia y a las conversaciones que le oyéramos. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946