
Fénix. Revista de la Biblioteca Nacional del Perú, N°51, 2023
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Perfil de los usuarios de las bibliotecas municipales de Lima
El mapa muestra un gran
número de esferas rojas y naranjas.
Las tres esferas rojas corresponden
a los distritos de Surco, Chorrillos
y San Martín de Porres. En Surco,
que cuenta con cinco bibliotecas
municipales según RENAMU, se
observa que parte de sus usuarios
prefieren acudir a bibliotecas de otros
distritos. En San Martín de Porres, la
asistencia se debe principalmente
a jóvenes preuniversitarios que
necesitan estudiar diariamente
para sus exámenes de admisión a
la academia preuniversitaria de Los
Olivos. Aunque este distrito tiene
una biblioteca, se ha informado
que funciona más como sala de
reuniones. En cuanto a Chorrillos, no
se encontró información actualizada
sobre su biblioteca municipal.
Se aprecian diversas esferas
naranjas y amarillas a lo largo de
toda la ciudad, lo que sugiere que los
ciudadanos de distintos distritos están
dispuestos a movilizarse únicamente
si existe un servicio bibliotecario
de calidad que justifique dicho
desplazamiento. En contraste, si el
servicio bibliotecario es deficiente,
los ciudadanos optan por no acudir.
Esta tendencia se respalda en la
información que indica que los
usuarios consideran la distancia como
un factor relevante al decidir visitar la
biblioteca.
Discusión
Este estudio exploratorio examinó
las características, necesidades y
opiniones de los usuarios de seis
bibliotecas municipales en Lima,
Perú. A diferencia de los estudios
previos que se centraban en la oferta
bibliotecaria (por ejemplo, Quispe-
Farfán, 2020), este trabajo se centró
en la demanda, segmentando a los
usuarios en tres grupos etarios con
distintos perfiles y necesidades.
El análisis reveló tres grupos
de usuarios: U1 (13-22 años),
mayormente estudiantes de
secundaria que utilizan la biblioteca
para preparar exámenes de admisión;
U2 (23-31 años), principalmente
universitarios que buscan un espacio
para trabajar, estudiar e investigar;
y U3 (mayores de 31 años), quienes
utilizan la biblioteca para acceder
a programas culturales, llevar a sus
hijos o para leer y trabajar. Estos
resultados coinciden con estudios
previos que señalan la diversificación
de usos de las bibliotecas públicas
(por ejemplo, Vargas Llosa, 2013).
Además, la presencia de estos grupos
de usuarios ha sido reportada a través
de investigaciones periodísticas como
se aprecia en Lara (2019), Berrios
(2019), Diario Correo (2016) o Falla
(2019) e incluso en investigaciones
como Alejos (2003).
A pesar de las diferencias entre
los grupos, se observaron patrones
comunes. La mayoría de los
usuarios asisten a la biblioteca con
alta frecuencia (dos o más veces por
semana) y valoran la sala de lectura
como un espacio esencial. Esto resalta
la importancia de las bibliotecas como