Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Producción de libros e industria editorial en el Perú:
centralismo y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Book production and publishing industry in Peru:
centralism and absence of a national publishing ecosystem
Osmar Gonzales Alvarado
Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú
Contacto: osmar.gonzales@urp.edu.pe
https//orcid.org/0000-0003-4749-1460
ISSN- e: 2709-5649-pp 12-34
Resumen
El presente artículo busca
sustentar la importancia del libro en
su doble valor (como objeto cultural
y como mercancía), así como el
impacto de una industria editorial
nacional que contribuya a difundir
la cultura impresa, y con ella, una
sociedad de lectores y ciudadanos
informados. En el marco de este
análisis, se destacan algunos aspectos
negativos de la industria editorial
peruana, siendo la centralización de
la producción editorial en la capital
el principal obstáculo para construir
un ecosistema del libro y la lectura
nacional.
Palabras clave: Centralismo, libro,
industria cultural, lectura, bibliotecas.
Abstract
This article seeks to support the
importance of the book in its dual
value (as a cultural object and as a
commodity), as well as the impact
of a national publishing industry that
contributes to disseminating printed
culture, and with it, a society of
readers and informed citizens. Within
the framework of this analysis, some
negative aspects of the Peruvian
publishing industry stand out, with
the centralization of publishing
production in the capital being the
main obstacle to building a national
book and reading ecosystem.
Keywords: centralism, book,
cultural industry, reading, libraries
Recibido: 2023-06-21 / Revisado: 2023-11-6 / Aceptado: 2023-11-09 / Publicado: 2023-12-14
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Introducción
1
Igualmente, agradezco a los dos revisores anónimos que me proporcionaron valiosas sugerencias para mejorar la
primera versión de este texto.
Es necesario reflexionar sobre la
importancia de la producción del libro
y de la cultura impresa en el Perú.
Lamentablemente, este tema no tiene
la atención que merece en el debate
público; salvo excepciones muy
contadas, los políticos apenas saben
que debe ser una preocupación como
política pública. En las campañas
electorales nunca destaca como un
aspecto de la vida social relevante
para la constitución ciudadana, para
la calidad de la democracia y la
cohesión social. Por eso mismo, la
producción del libro y, con esta, la
industria editorial —es decir, la referida
a la producción y difusión de libros—
en el Perú debe ser colocada en el
lugar central que le corresponde y
tratar de incorporarla como un tema
que a todos nos debe interesar como
comunidad, como sociedad que
busca su desarrollo e integración en
todas las áreas de la vida colectiva.
En estas páginas se brindan algunas
ideas que esperamos sean de utilidad
para la discusión acerca de cómo
hacer para que la cultura escrita e
impresa sea parte de la vida cotidiana
de los peruanos, reto que debe incluir
a actores diversos: instituciones
estatales; organizaciones políticas,
académicas y sociales; así como
autores, lectores y otros más.
Iniciamos este artículo
estableciendo algunos conceptos
generales que nos permiten relevar
el doble valor del libro; continuamos
con la producción editorial en el
Perú mencionando algunos aspectos
institucionales y legales; luego
señalamos brevemente a los diferentes
actores, institucionales e individuales,
que deben actuar conjuntamente,
y se destaca un aspecto de la
experiencia editorial de la Biblioteca
Nacional del Perú (BNP); exploramos
con base en cifras la centralización
de la producción del libro en el Perú,
y, finalmente, cerramos con algunas
consideraciones para el futuro.
Se agradece el apoyo recibido
por las bibliotecólogas Gladys Lizana
Salvatierra y Milagros Delgado Pisfil,
de la Biblioteca Nacional del Perú;
así como a Laura Gabriela Gonzales
Malca y a José Eduardo de la Cruz
por su apoyo en el manejo de algunas
cifras y en la elaboración de tablas y
mapas.
El doble valor del libro
El libro se parece a Jano, aquel
dios romano de las dos caras. En
efecto, según estudiosos como
Pierre Bourdieu (1999), el libro
tiene dos facetas complementarias:
como objeto cultural y como objeto
mercancía. Cada una de estas caras
exige el diseño de políticas públicas
diferenciadas pero complementarias
entre sí.
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Osmar Gonzáles Alvarado
Al respecto han reflexionado
diversos autores, como Lewis A.
Coser (1966), Gustavo Sorá (2017;
2008), Siegfried Unseld (2018), entre
otros. En América Latina, un caso
precursor fue el del pensador social
venezolano, Rufino Blanco Fombona,
fundador de la Editorial América, en
1915, como ha destacado Isabel León
Olivares (2018). En el Perú tenemos
algunos casos ejemplares, como
Clorinda Matto de Turner, Manuel
Beltroy, José Bustamante y Ballivian,
José Carlos Mariátegui, quizás el más
emblemático, entre otros (González
del Riego & Gonzales Alvarado, 2023;
Gonzales Alvarado, 2021). En todos
estos casos, trataron de, en palabras
de Unseld, «conjugar el espíritu con el
negocio» (2018, p. 32).
Por otro lado, Roger Chartier (1994)
subraya que el autor no escribe libros,
sino textos que, posteriormente, y
gracias a la tecnología, adquirirán
la forma de libro. Esto supone la
aparición de nuevos oficios y de
modificaciones en la vida social en
la que surge la industria editorial, a
la que, a su vez, impacta. De igual
modo, se debe sumar la influencia
que esta puede adquirir en el territorio
de las decisiones del propio Estado,
donde se toman medidas traducidas
en políticas públicas con el propósito
de impulsar tanto la industria del libro,
como el gusto social por la lectura.
Como lo describe Robert Darnton, se
trata de un ciclo vital:
Podría describirse como un
circuito de comunicación que va del
autor al editor (si no es librero quien
asume este papel); de ahí al impresor,
al transportista, al librero y al lector. El
lector cierra el circuito porque influye
en el autor tanto antes como después
del acto de escribir. Los autores son
lectores también (2014, p. 181).
Evidentemente, a todos los
elementos señalados se debe
añadir el factor de permanente
renovación tecnológica que modifica
sustancialmente los procesos
y funciones tradicionales de la
producción y difusión del libro, y en el
ecosistema del libro y la lectura, dicho
en términos generales.
Ahondando un poco más en el
carácter dual del libro, es preciso
subrayar que este, en tanto objeto
cultural, difunde ideas, conocimiento,
información; contribuye a una
autoconsciencia de la persona como
ciudadano e, incluso, en la formación
de la identidad individual y colectiva,
nacional o universal. En tanto símbolo
de la cultura impresa, es la base de
la lectura y de la escritura, así como
de la legitimación de los autores
en el universo de las ideas. En este
sentido, su lugar o espacio innato es
la biblioteca.
Asimismo, en tanto mercancía,
el libro tiene otras características,
pues es parte de la industria editorial
(compuesta por editoras, imprentas,
librerías, ferias y afines), es parte del
mercado y, por lo tanto, tiene costo
y precio. En este dominio, interactúan
profesiones y oficios especializados
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
(editores, correctores de estilo,
diagramadores, artistas gráficos,
etcétera) que, en su interrelación, y
utilizando la tecnología de su tiempo,
le dan forma y lo distribuyen en
espacios comerciales. El libro como
objeto mercancía —a diferencia
del libro como objeto cultural—,
encuentra su lugar propio en las
librerías.
Si como objeto cultural el libro
constituye ciudadanos-lectores,
como objeto mercancía requiere de
ciudadanos-consumidores. Cada una
de estas dos facetas tiene una larga
historia que, esquemáticamente, va
desde los manuscritos, pasa por la
imprenta de tipos móviles y llega hasta
la era digital actual (Darnton, 2014).
Las razones del mayor impacto
en la sociedad que podrá alcanzar
el libro como objeto cultural
y como objeto mercancía se
encontrará, precisamente, en su
complementariedad, no en su
separación absoluta: es unidad en
su dualidad. La humanidad no sería
lo que es sin el libro. Y reflexiones al
respecto existen en gran cantidad.
Chartier, por ejemplo, tiene
abundancia de estudios que exploran
en todos los aspectos de la escritura,
la lectura, el libro, las bibliotecas,
aunque predomina en él su mirada
sobre el libro como objeto cultural
(Chartier, 1993, 1995, 1996). Por otra
parte, Robert Darnton (2006), sin dejar
de lado la faceta cultural del libro, ha
abordado su producción y comercio
en el tiempo de la Ilustración francesa,
en el que la palabra impresa explotó
tanto por sus cifras como por la
novedad de sus formatos e ideas que
portaba.
Los énfasis en las investigaciones
no son más que eso, pues, como
ya se ha mencionado, las dos
facetas del libro están vinculadas
indisolublemente. Solo se trata de una
distinción analítica, como recomienda
Norbert Elias (1982), y no de la idea
falsa de que en la realidad ambas
caras del libro están separadas.
Es difícil pensar que los países
puedan alcanzar un desarrollo integral
sin reconocer la importancia del libro,
en cualquiera de las formas que este
puede adquirir. Basta contrastar los
índices de desarrollo humano con
los de la lectura y escritura para dar
cuenta de ello. No es casualidad que
los países ubicados en los primeros
lugares en comprensión de lectura,
según la prueba PISA, sean, al mismo
tiempo, los más desarrollados en
todas las áreas de la vida social si
vinculamos sus datos con los del
Índice de Desarrollo Humano (IDH)
(Gonzales Alvarado, 2015). Por esta
razón, se justifica todavía más la
necesidad de tener una visión integral
que complemente las políticas
públicas sobre el libro como objeto
cultural y sobre el libro como objeto
mercancía.
La industria editorial en el Perú
Con base en lo dicho, en las páginas
siguientes deseamos detenernos en
algunas características de la industria
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Osmar Gonzáles Alvarado
editorial en el Perú, teniendo siempre
presente la necesidad de su desarrollo
y expansión a nivel nacional.
Según el Reglamento de
Organización y Funciones (ROF)
del Ministerio de Cultura (aprobado
mediante Decreto Supremo Nº 005-
2013-MC), la Dirección del Libro
y la Lectura (DLL) «es la unidad
orgánica encargada de elaborar
proponer, promover y ejecutar
planes, programas, acciones y
normas dirigidos a la promoción y
difusión del libro, al fomento de la
lectura, al desarrollo de la industria
editorial nacional y a la exportación
del libro peruano» (art. 81), por lo que
la Biblioteca Nacional del Perú (BNP)
queda al margen de la definición de
esas políticas a favor de la promoción
de la lectura, lo que a todas luces
resulta incomprensible.
Se debe tener en cuenta que la
DLL se constituye sobre las bases de
lo que fue Promolibro, organismo
que fue creado en 2003 por la Ley
Nº 28086 - Ley de democratización
del libro y de fomento de la lectura,
con la función, entre otras nueve más,
de: «Proponer los planes y programas
dirigidos a la promoción del libro y al
fomento de la lectura, y al desarrollo
de la industria editorial nacional» (art.
11, ítem. 1).
Promolibro fue concebido como
una plataforma que involucraba a
diversas instituciones estatales y
privadas, y a representantes de la
sociedad civil como los autores. Si
bien fracasó en el cumplimiento de
coordinar iniciativas para una política
pública sobre el libro y la lectura,
tengamos en cuenta que su naturaleza
era la de ser un órgano consultivo
del Ministerio de Educación, al que
estaba adscrito entonces. Pero, en el
gobierno aprista, pasó de un sector a
otro: de educación a cultura, aunque
con funciones acotadas, entre ellas,
la de delinear la política nacional de
promoción de la lectura.
¿Era necesario dicho cambio?
Consideramos que hay un error
de concepción, pues la política
de promoción de lectura (y de la
escritura, no lo olvidemos) debe
estar bajo responsabilidad de la BNP
en coordinación con el Ministerio
de Educación (Minedu). Ese es su
espacio, digamos, natural, por las
siguientes razones.
Advirtamos que la BNP extiende
su atención a un público amplio y
diverso desde sus salas preescolares
hasta las especializadas, por lo tanto,
tiene un panorama completo de las
demandas de lectura de los usuarios,
y esta ventaja debería ir aunada al
Plan lector del Minedu, lo que no
resta posibilidad de convocar a otras
instituciones públicas y privadas. De
este modo, y definida bien la tarea
de la BNP con Minedu —a los que
se deben agregar las bibliotecas
escolares y municipales, partes
integrantes del Sistema Nacional de
Bibliotecas (SNB)— la acción de la DLL
debe estar dirigida exclusivamente
al fomento del libro como objeto
mercancía en tanto constituye el
punto fundamental del desarrollo y
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
expansión de la industria editorial,
la que debe involucrar a editoras,
imprentas, librerías, organización de
ferias, y afines, con una meta muy
clara: que la industria editorial sea una
actividad extendida a nivel nacional.
La constitución de una
industria editorial nacional implica
que en cada una de las regiones del
Perú debe generarse un importante
dinamismo del mundo de lo impreso
hasta convertirse en pieza importante
del campo cultural nacional, que es lo
que está muy lejos de haberse logrado.
Por el contrario, la producción
editorial se concentra en la capital.
En efecto, en Lima se concentra el
82% de la impresión de libros del país
según las cifras que arroja la Oficina
de Depósito Legal de la BNP, que son
mucho más aproximadas a la realidad
que si se tomaran como referencia
las del ISBN, teniendo en cuenta
que no todos los libros que cuentan
con el Depósito Legal tienen ISBN
2
.
Incluso, en muchos casos, los autores
realizan el trámite del Depósito Legal
solo después de haber publicado
el libro. Por ello, la base de datos es
diferente a la que fue utilizada, por
ejemplo, en la elaboración del Estudio
diagnóstico del sector editorial del
Perú, documento publicado por la
Cámara Peruana del Libro (CPL) en
2013, cuyos fines eran otros, como
ofrecer un panorama del libro como
mercancía, es decir, a partir de sus
ventas.
2
International Standard Serial Number. De acuerdo con la BNP: «El ISBN es un sistema internacional de numeración
de libros, aprobado como norma ISO 2108. Este número identifica al libro a nivel mundial, permitiéndole una mejor
comercialización y distribución». https://www.bnp.gob.pe/servicios/isbn/
No está demás decir que la
situación retratada someramente
es responsabilidad tanto del Estado
como de los actores privados.
Diferentes actores en pos de
un mismo objetivo
El Estado no ha producido normas
que promuevan la descentralización
de la industria editorial. Las pocas
que ha promulgado con relación a
la regionalización no son vigiladas
en su cumplimiento (abriendo paso
a la corrupción y manteniendo
la ineficiencia); menos aún lo
serán en cuanto a la producción
editorial descentralizada. En este
panorama es fundamental el papel
que están llamadas a cumplir las
autoridades regionales, pero a las que,
lamentablemente, el tema del libro les
importa muy poco o nada, como en
general tampoco le interesa a la capa
política y a la burocracia estatal.
El sector privado, a pesar de
su prédica de no intervención del
Estado en la economía, exige que
este les facilite las condiciones para
su actividad, básicamente por medio
de la exoneración de impuestos
y adquisición de libros para ser
distribuidos en las bibliotecas públicas
municipales, lo que los empresarios
editoriales consideran es su
contribución al SNB. Pero una mirada
amplia nos revela que no existe un
mercado nacional de libros, quizás
apenas pequeños mercados locales
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Osmar Gonzáles Alvarado
y precarios; el sector editorial no ha
constituido una industria proactiva
que le permita estar presente en
diferentes partes del territorio
nacional. Descentralizar también es
democratizar, hablando en términos
generales y en especial en cuanto
nos referimos a la industria editorial.
En otras palabras, impulsar la industria
editorial regional significa la posibilidad
de estimular otras actividades capaces
de impactar positivamente en la
sociedad en su conjunto para alcanzar
mejores condiciones de vida.
Las ferias —ocasionales o
establecidas en ciertos meses del
año—a pesar de su éxito comercial,
no son suficientes. Según cifras
de la propia CPL, los volúmenes
de venta han ido aumentando
considerablemente en las diversas
ediciones de la Feria Internacional
del Libro de Lima (FIL). Conocer solo
unos datos nos pueden dar una idea
de su camino promisorio: en la FIL
de 2015 se vendieron libros por un
monto de 13,6 millones de soles (La
Prensa, 2015); en 2018, por un monto
de 19 millones de soles (El Comercio,
6 de agosto de 2018); en 2019, por
20 millones; pero en 2020, en una
feria atípica por ser virtual debido
a las restricciones impuestas por la
pandemia del COVID-19, la cifra solo
llegó a casi 2 millones (El Comercio, 8
de septiembre de 2020); finalmente,
en la FIL de 2022 las ventas se
recuperaron, obteniendo 20 millones
de soles.
Evidentemente, es de celebrar
el éxito comercial de la FIL,
puesto que significa un número
también ascendente de visitantes y
consumidores; están cumpliendo
su papel y alcanzando sus metas. En
este sentido podría afirmarse que la
promoción del libro como objeto
mercancía está rindiendo sus buenos
frutos; entonces, la pregunta que
queda pendiente de responder es
aquella que indaga sobre cuántos
de esos consumidores son también
lectores; es decir, qué porcentaje de
estos utilizan al libro como objeto
cultural, y no solo como mercancía.
Aunque las ferias de libro se
realizan en diferentes partes del país,
es fácil observar que su relevancia
económica es básicamente limeña.
En otras regiones es muy difícil
tener los mismos niveles de éxito.
La característica de las ferias es su
trashumancia: llegan a un lugar, pero
pronto se van a otro o no regresan
hasta el siguiente año. Es decir, no
tienen las condiciones intrínsecas
necesarias para sembrar en el futuro
la posibilidad de establecimiento de
la industria editorial en las regiones.
La circulación del libro no está ligada
con su producción.
La producción editorial de
algunas universidades tampoco es
lo suficientemente importante para
dinamizar, de manera descentralizada,
el sector. Dichas casas de estudio
y de producción de ideas buscan
responder a las necesidades de su
entorno, de sus propias comunidades
(académicas) y, a pesar de la
calidad que pueden contener sus
publicaciones, no tienen la difusión
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
necesaria y, por lo tanto, el impacto
que generan es muy acotado.
Ante este panorama, sorprende
el entusiasmo —desmesurado,
consideramos— con el que analistas
informados saludan los éxitos de la Ley
del libro como si hubiera alcanzado
un impacto a nivel nacional. En Lima,
quizás; y para algunas editoriales
solamente, con seguridad. Es cierto
que la ley muestra algunos logros, pero
ante el tamaño de las necesidades
nacionales estos son muy limitados.
Según información proporcionada
por la CPL con respecto a editoriales
asociadas, la concentración en Lima
es obvia. De 117, solo una se ubica en
Trujillo, como se puede observar en
la Tabla Nº 1 con respecto a las 116
editoriales restantes y que se ubican
en Lima.
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DISTRITO ASOCIADOS
Barranco 4
Breña 3
Chorrillos 1
El Agustino 1
Jesús María 4
La Molina 1
La Victoria 2
Lima 26
Lince 7
Los Olivos 3
Magdalena 3
Miraflores 19
Pueblo Libre 2
Puente Piedra 2
San Borja 6
San Isidro 13
San Juan de Lurigancho 2
San Juan de Miraflores 1
San Luis 1
San Martín de Porres 1
San Miguel 2
Santa Anita 1
Surco 9
Surquillo 1
Villa María del Triunfo 1
Total 116
Localización de las editoriales asociadas a la Cámara Peruana del Libro
Tabla Nº 1
Fuente: Cámara Peruana del Libro. https://cpl.org.pe/directorio-de-asociados/
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Visualmente, el Mapa Nº 1 nos
permite observar la centralización de
editoriales en unos pocos distritos
limeños: Miraflores y San Isidro suman
juntos 32 editoriales; y Lima, 26.
Es decir, los tres cubren el 50 % del
universo total.
Mapa Nº 1
Distribución de editoriales asociadas a la Cámara Peruana del Libro según
distrito
Fuente: Cámara Peruana del Libro. https://cpl.org.pe/directorio-de-asociados/
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Osmar Gonzáles Alvarado
3
Con las actuales tecnologías, las bibliotecas virtuales tienden a desplazar a las bibliotecas físicas como espacios de
encuentro de las comunidades en las que están asentadas.
Las bibliotecas públicas
municipales
Según información de la Biblioteca
Nacional del Perú, ente rector del
Sistema Nacional de Bibliotecas, en
todo el Perú existen 530 bibliotecas
municipales de 1874 gobiernos
locales (provinciales y distritales),
que representan apenas 26.7% del
total. Además, en ellas, solo trabajan
34 bibliotecólogos. No es necesario
agregar más para describir el déficit
de las bibliotecas municipales en el
Perú (BNP, s.f.). Con lo señalado, se
deriva una necesidad impostergable:
las bibliotecas públicas municipales,
en tanto centros de información y
centros culturales, deben albergar
la producción editorial local para
ponerla a disposición de sus
respectivas poblaciones, y constituirse
en espacios centrales de la vida social
de la comunidad.
3
Con relación a la demanda
local de libros escolares, lo óptimo
es que ésta sea atendida por la
producción editorial local. Si bien se
han descentralizado las funciones del
Minedu, esto no se evidencia en la
producción de libros escolares. Esto
constituye un déficit importante que
es necesario atender con prontitud,
más aún si sabemos que las bibliotecas
municipales también operan como
bibliotecas escolares. Acercar a los
niños y adolescentes a la letra escrita
y a la cultura impresa es todo un
reto en donde lo más beneficioso
sería articular producción local de
textos, el papel de las bibliotecas
públicas abastecidas y estrategias
de promoción de lectura y escritura
tanto por medios tradicionales como
utilizando las actuales tecnologías.
Esto solo puede ser posible con
la participación coordinada del SNB,
del Minedu, del Mincul, de la CPL, así
como de educadores, bibliotecólogos,
editores, autores, entre otros.
Todo esto bajo las gestiones de las
autoridades regionales y municipales.
La edición de libros y la lectura
Una experiencia localizada,
pero interesante, y que nos hace
posible observar algunos de los
impedimentos que hemos estado
tratando para difundir la producción
editorial y su consumo lector, es la
de la propia BNP. Esta institución ha
publicado, bajo la colección Cultura
Impresa, algunos pequeños tomos
interesantes en los que se rescata las
palabras y la voz de autores peruanos,
clásicos y contemporáneos, con
relación a la importancia de leer, del
libro, de la escritura, de las bibliotecas,
de la venta de libros.
Mencionemos algunos títulos y
autores: Un oficio especializado. El
negocio de venta de libros en el Perú
entre 1580 y 1620 (Alejandra Cuya,
2021); La Biblioteca Nacional del Perú.
200 años de historia (Marcos Garfias,
2021); La Odisea del libro en el Perú
(Sebastián Salazar Bondy, 2021); Al
andar del camino (Javier Sologuren,
2021); San Martín y la cultura (Instituto
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Sanmartiniano, 2021); Elogio del
libro y otros ensayos (Alberto Tauro
del Pino, 2022); Las nuevas lectoras
del s. XIX. Género, libro y lecturas de
la primera generación de ilustradas
peruanas (Evelyn Sotomayor, 2002);
entre otros.
Lamentablemente, este esfuerzo
valioso no obtiene la recompensa que
merece. Sucede que estos títulos, y
algunos más que saca a la luz la BNP,
prácticamente no se conocen porque
solo se comercializan en un número
reducido de librerías y porque, en
los hechos, solo se pueden adquirir
acudiendo al propio local de la BNP
o aprovechando las ferias de libro en
las que la BNP coloca un stand. ¿Tiene
sentido esta medida?
Los libros cumplen su función solo
si llegan a los lectores; de otra manera,
es un esfuerzo inútil. Si bien la BNP es
una institución que no tiene como
meta el lucro —su carácter público,
el volumen de ventas y los precios de
sus libros no les permiten correr ese
riesgo—, sí podría, y debería, poner al
alcance de los lectores/consumidores
tales títulos. Es un tema absolutamente
central para abordar con seriedad
la búsqueda de maneras en que las
dos políticas públicas, diferenciadas
pero complementarias, respecto al
libro se hagan realidad en el común
objetivo de inyectar en las venas de la
sociedad la necesidad de acceder a la
cultura impresa en el Perú.
La centralización de la
producción editorial
La excesiva centralización de la
producción editorial en Lima se puede
constatar gráficamente en la Tabla
Nº 2, en la que aparecen las cifras
correspondientes por departamentos
desde el año 2007 hasta 2022. Los
números impresionan, pero al mismo
tiempo deben servir de llamada de
atención para resolver una situación
dramática.
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Departamentos 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
Total por
región
Amazonas 18 20 13 25 15 22 20 16 18 20 188 20 19 19 15 6
454
Áncash 56 66 39 54 52 38 131 97 112 64 711 130 68 18 30 70
1736
Apurímac 10 20 18 23 36 51 62 32 25 40 320 37 29 27 31 41
802
Arequipa 412 268 226 182 265 277 463 188 218 143 2646 587 465 238 207 259
7044
Ayacucho 28 29 46 40 47 44 42 18 43 31 373 77 67 24 37 49
995
Cajamarca 51 43 25 76 53 38 34 43 65 50 484 134 102 27 48 53
1326
Callao 20 6 21 17 16 36 27 14 25 22 211 141 104 65 44 101
870
Cusco 67 62 101 102 98 74 113 119 83 94 921 294 190 80 143 132
2673
Huancavelica 27 36 26 30 40 40 38 28 11 17 302 41 39 11 14 19
719
Huánuco 26 32 26 18 37 51 47 41 61 39 388 87 98 22 64 130
1167
Ica 75 105 59 69 75 35 74 64 76 57 697 196 94 24 37 62
1799
Junín 300 499 231 239 237 147 218 178 201 201 2463 513 319 152 151 186
6235
La Libertad 68 58 87 78 89 132 172 155 173 187 1212 424 353 141 124 167
3620
Lambayeque 33 22 31 67 96 97 143 140 124 129 896 318 197 81 49 76
2499
Lima 6192 6701 6991 7680 7456 7719 9159 9195 8884 8514 78506 14441 13988 5473 6105 7904
204908
Loreto 36 28 25 33 30 35 32 30 34 23 322 155 88 36 60 59
1026
Madre de Dios 2 7 11 20 14 15 10 3 13 8 120 9 17 13 17 5
284
Moquegua 7 1 7 1 1 11 14 12 15 10 97 43 36 12 29 20
316
Pasco 17 14 20 23 26 29 29 20 11 16 224 30 20 7 17 23
526
Piura 170 85 51 76 71 78 67 67 109 71 865 253 167 68 77 131
2406
Puno 71 107 102 183 161 187 398 211 350 211 2002 557 364 131 226 352
5613
San Martín 15 11
14 65 34 42 42 49 43 38 375 79 106 34 32 56
1035
Tacna 116 32 23 27 14 18 25 27 63 35 403 88 63 13 29 29
1005
Tumbes 4 4 5 5 7 4 9 12 9 26 109 97 43 8 5 15
362
Ucayali 20 15 12 23 26 32 49 37 29 28 271 60 49 5 7 10
673
Total por año 7841 8271 8210 9156 8996 9252 11418 10796 10795 10074 95106 18811 17085 6729 7598 9955 250093
Fuentes: Años 2007-2016: Delgado Pisfil, et al., 2017: 324-325. Años 2018-2022: Dirección de Gestión de Colecciones de la BNP
Tabla Nº 2
Producción de libros por departamentos y años: 2007-2022
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
25
Osmar Gonzáles Alvarado
Antes de entrar a un análisis un
poco más detallado de estas cifras,
es necesario mencionar que el año
2017 exhibe cifras aparentemente
anómalas, por lo elevadas, con
relación a los años anteriores y
posteriores. La explicación se debe
a que en dicho año se incorporaron
al Sistema Integrado de Gestión
Bibliotecaria, 17 780 títulos que habían
quedado sin procesar entre 2007 y
2016 (Delgado Pisfil et al., 2017).
Como se puede observar en
la Tabla Nº 2, Lima es, de lejos, el
lugar de mayor producción de libros
del Perú: el centralismo editorial es
espejo fiel del centralismo político.
En efecto, Lima representa el 81.93%
del total de la producción editorial del
país; Arequipa, solo el 2.82%; Puno,
un poco menos, 2.24%. Desde el otro
extremo de las cifras, Cusco, el centro
turístico emblemático del Perú,
representa apenas el 1.07%; Tumbes,
el 0.14%; Moquegua, el 0.13%; Madre
de Dios, solo el 0.11%. El lector puede
continuar precisando porcentajes,
pero el cuadro es suficientemente
claro con los números presentados.
Ni siquiera otros departamentos
con relativo desarrollo como Arequipa,
La Libertad, Cusco o Puno se acercan
a Lima. Puno tiene como base de su
producción editorial al desempeño
de sus principales universidades, pero
sin ser tampoco una muy grande. Y
también hay departamentos que no
tienen, en la práctica, producción
editorial. Existe, además, un aspecto
que es necesario subrayar: en «Lima»
están incluidas las provincias de Lima,
las que con toda seguridad no suman,
editorialmente hablando.
Es decir, Lima región no existe en
cuanto a producción de libros; esto
nos debe hacer reflexionar sobre
cómo puede ser que la zona más
próxima a la ciudad más desarrollada
del país, y que es su capital, esté tan
lejos cultural y económicamente
de ella. Lamentablemente, esta es
una situación generalizada. Abordar
nuevas acciones en beneficio de la
cultura escrita, en términos amplios,
implica hacerlo desde un terreno casi
vacío debido a la despreocupación
de las autoridades nacionales y
regionales con respecto a la aplicación
de políticas culturales y bibliotecarias,
específicamente. La promoción de
bibliotecas municipales y regionales
es prácticamente nula.
En este punto se hace necesario
señalar la importancia de una ley que
exija a las bibliotecas municipales
tener establecimientos adecuados
según los estándares aprobados
por la propia BNP, ente rector del
SNB, en la Resolución Jefatural Nº
027-2019-BNP publicada el 6 de
febrero de 2019. Es imprescindible
asignarles un presupuesto a los
gobiernos locales que esté destinado
exclusivamente para habilitar sus
bibliotecas, para contratar personal
calificado con salarios acordes a
su perfil, y para adquirir, gestionar y
actualizar constantemente su material
bibliográfico; esto, además de cumplir
con la ley existente que le asigna la
función de resguardar el patrimonio
bibliográfico documental de sus
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
26
Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
PUBLICACIONES POR DEPÓSITO LEGAL DISTRIBUIDAS POR LA BIBLIOTECA
NACIONAL DEL PERÚ SEGÚN DEPARTAMENTO, 2019
(Volúmenes)
Lima ( Congreso de la República)
Lima (Municipalidad Metropolitana)
Puno
Junin
Arequipa
La Libertad
Piura
Lambayeque
Cusco
Ucayali
Áncash
Ica
Huánuco
Cajamarca
Amazonas
Callao provincia constitucional
Madre De Dios
Lima (otras provincias)
San Martin
Apurimac
Pasco
Ayacucho
Huancavelica
Loreto
Moquegua
Tacna
Tumbes
10,326
5,970
904
552
474
360
353
340
300
174
151
146
135
123
122
104
62
47
23
13
7
2019 =20,686 volúmenes
respectivas localidades. La rendición
de cuentas sería permanente y de
manera obligatoria.
La escasa expansión nacional de
la industria editorial hacia las diversas
regiones del país lleva a la situación
siguiente: la BNP recibe desde las
provincias solicitudes de envío de
libros, debiendo remitir paquetes
de libros —los llamados «módulos
bibliográficos»—, a cada una de ellas
porque no tienen cómo abastecer de
libros a sus bibliotecas, ocasionándose
así una pérdida de dinero y de tiempo.
Las cifras demuestran lo dicho. En
el año 2019, por ejemplo, la BNP
distribuyó un total 20 686 volúmenes
a distintas bibliotecas de Lima y
provincias, como se puede observar
en el Gráfico Nº 1.
Gráfico Nº 1
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
27
Osmar Gonzáles Alvarado
Obsérvese que el mayor volumen
de libros se destina a la biblioteca
del Congreso de la República, cuya
atención a la comunidad lectora es,
seguramente, muy escasa, incluso en
su propio recinto. Pero especialmente
tómese en cuenta que, si existiera
una producción editorial importante y
sostenida a nivel regional, este trámite
oneroso —el de enviar módulos
bibliográficos—, ya no sería necesario.
No se requiere más números para
constatar que el centralismo limeño
es apabullador, y que la producción
regional de libros es casi inexistente.
No hay oferta (de editoriales,
imprentas), tampoco demanda
(lectores, consumidores), entonces
no tiene sentido inaugurar librerías. El
llamado ecosistema del libro a nivel
nacional no existe, está roto, es una
quimera.
Los apremios del autor
Ante dicha carencia, los autores
se ven obligados prácticamente a
financiar sus propias publicaciones;
realizarlas en algún taller informal
sin la calidad necesaria; con suerte,
alguna universidad u ONG imprimirá
´20 del siglo pasado, José Carlos
Mariátegui los ponía en evidencia:
Publicar un libro, en estas
condiciones, resulta una empresa
temeraria a la cual se arriesgan
muy pocos. Por consiguiente,
nada es más difícil para el autor
que encontrar un editor para sus
obras. El autor, por lo general,
se decide a la impresión de sus
obras por su propia cuenta, a
sabiendas de que afronta una
pérdida segura. Es para él la única
manera de que sus originales no
permanezcan indefinidamente
inéditos. Las ediciones son así muy
pobres, los tirajes son ínfimos, la
divulgación del libro es escasa.
Un autor no puede sostener el
servicio de administración de
una editorial. El libro se exhibe
en unas cuantas librerías de la
república. Al extranjero sale muy
raras veces (Mariátegui, 1928).
Algunas décadas después,
Sebastián Salazar Bondy abordaba
el mismo tema señalando que los
apremios del autor hacían de este
casi un Quijote, pues además del
esfuerzo que tiene que desplegar
para escribir su texto, debe asumir
todos los costos: de la edición, de
la difusión, de ser su propio agente
literario, de buscar las reseñas a su
obra que aparezcan en periódicos
y, como corolario, debe tener que
soportar «la abusiva petición de los
amigos solicitando el obsequio de un
ejemplar autografiado» (Hirschorn,
2005, p. 128). Si bien en la actualidad
estas circunstancias han mejorado
notablemente, los logros todavía
resultan insuficientes, especialmente
para los autores de provincias.
La universalización de la palabra
escrita y de la cultura impresa, bases
del ecosistema del libro y la lectura,
sigue siendo meta por alcanzar,
proyecto, mas no realidad. Mientras
no se consigan esos propósitos, será
difícil solucionar otras crisis, como
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
28
Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Las actuales tecnologías han
impactado en la difusión de obras
escritas, es cierto, pero la capacidad
de recibirlas y de utilizarlas con
provecho todavía está muy lejos de
ser el mínimo necesario. Se puede
acceder a la información, pero no
necesariamente a la comprensión
si no se fomenta la lectura y la
escritura. Es decir, con los comandos
adecuados del ordenador se puede
buscar y atrapar la información que
se requiere, pero sin ubicar el dato
dentro de la argumentación total que
lo arropa. Se releva el dato en perjuicio
del sentido. La brecha tecnológica,
con relación al tema del libro, la
lectura y la escritura, también muestra
sus aspectos negativos.
La Tabla Nº 3, construida sobre
la base de la información del Centro
Regional para el Fomento del Libro en
América Latina y el Caribe (Cerlalc),
que ha generado un directorio en el
que se pueden inscribir las librerías,
nos permite observar lo señalado.
la de la política, la debilidad de las
instituciones y la de la endeble vida
democrática.
La centralización de las librerías
Igualmente, la distribución de
librerías en el país nos ilustra el mismo
problema: la centralización en la
capital. En otras regiones casi no hay
librerías, y cuando empleamos este
término no nos referimos a lugares de
expendio de útiles de escritorio, sino de
venta de libros, tanto de obras clásicas
como contemporáneas, de revistas
actualizadas, de obras de ciencia
y de entretenimiento, de todas las
áreas del saber y de la creatividad, sin
olvidar la realización de actividades de
promoción de lectura, presentaciones
de libros, conferencias y otras. En otras
palabras, concebir a las librerías como
centros de irradiación de cultura y no
solo como lugares de expendio de
libros.
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
29
Osmar Gonzáles Alvarado
DEPARTAMENTO TOTAL DE LIBRERÍAS
Lima 78
Arequipa 11
Cusco 7
La Libertad 6
Piura 5
Ancash 3
Junín 3
Ica 2
Lambayeque 2
Ucayali 2
Callao 1
Huánuco 1
Loreto 1
San Martín 1
Tacna 1
Total general 124
Tabla N° 3
Distribución de librerías por departamento
Fuente: CERLALC (https://cerlalc.org/directorio-regional-de-librerias)
Como se puede observar, la
cantidad de librerías ubicadas en
Lima (78 librerías) es casi siete veces
mayor que la cantidad de librerías
en Arequipa (11 librerías), y hay 10
regiones que no cuentan con ninguna.
No es descabellado suponer que el
directorio no es del todo lo completo
que se desea, pero no es difícil pensar
que, aun incluyendo a todas las
librerías existentes, la tendencia sería
exactamente igual.
El Mapa Nº 2 nos permite constatar
visualmente lo mencionado:
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
30
Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
Mapa Nº 2
Distribución de librerías a nivel nacional
Fuente: CERLALC (https://cerlalc.org/directorio-regional-de-librerias)
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
31
Osmar Gonzáles Alvarado
Según los datos obtenidos
y presentados, existen diez
departamentos que no registran
librerías. Es cierto que puede tratarse
de una deficiencia en el recojo de la
información, pero la situación ofrecida
en estas páginas nos indica que es
muy probable que no existan librerías
que no sean más que expendios de
útiles y papelería, y no como espacios
de adquisición de libros de diverso
contenido, como se ha señalado
anteriormente.
Algunas consideraciones
generales
En el fondo, el tema tratado
aquí es un desafío por la demanda
articuladora que exige entre el espacio
público y privado, y teniendo como
base un producto que no tiene gran
impacto sobre la economía en su
conjunto, como es el libro. Pero, si se
tiene como propuesta la constitución
de un país con una conciencia
democrática, no es posible prescindir
de él. Lamentablemente, en la
agenda política la problemática de la
palabra escrita y sus componentes
(bibliotecas, libros, lectura, industria
editorial) no existen. Sin autoridades
que deban dar el ejemplo, que
no exhiban las virtudes del lector
informado, es imposible que el efecto
«cascada» rinda frutos. El liderazgo
basado en el buen ejemplo también
es importante.
En las políticas públicas que se
aprueben en el congreso y en el poder
ejecutivo, si es que acaso ello ocurra
en algún momento, la vinculación
entre economía y política debe ser
muy fina y bien elaborada. Las dos
facetas del libro unen el espacio de
conformación de la colectividad y del
consumo egoísta; ambos elementos
existen y a ambos se les debe prestar
atención.
Las campañas electorales deben
ser utilizadas como espacios de
discusión nacional, tanto para
informar a la ciudadanía que el
problema existe, como a los propios
políticos que, salvo excepciones muy
honrosas, no tienen ninguna opinión
sobre la importancia de la cultura
impresa para el desarrollo de nuestra
sociedad.
Conclusiones
Brevemente, se pueden extraer
algunas conclusiones principales,
como la evidente centralización de la
producción editorial que impide que
se pueda hablar de un ecosistema del
libro y la lectura de extensión nacional.
Por otro lado, que los distintos
componentes del llamado «circuito
del libro» (autores, editoriales, librerías,
bibliotecas, lectores) no constituyen
una cadena integrada, sino que,
por el contrario, cada elemento
actúa de manera desgajada de los
otros componentes. Esto se refleja
y es consecuencia de la ausencia de
políticas públicas que, diferenciada y
complementariamente, atiendan al
libro en su doble valor, como objeto
cultural y como mercancía. Lo que, a
su vez, simboliza tanto la inadecuada
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Producción de libros e industria editorial en el Perú: centralismo
y ausencia de un ecosistema editorial nacional
institucionalidad del Estado como
el desinterés de la capa política y
autoridades burocráticas por la cultura
impresa, que se traduce también
en la carencia de propuestas en las
campañas políticas, lo que lleva a la
ciudadanía a un distanciamiento del
ecosistema del libro y la lectura.
Fénix. Revista De La Biblioteca Nacional Del Perú, N°51, 2023
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Osmar Gonzáles Alvarado
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