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Bicentenarios, libros, bibliotecas y memoria en busca de lectores en Sudamérica1
Gabriela Mazuelos Butrón
Investigadora Independiente, La Paz, Bolivia
Contacto: gabrielamazuelosbu@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6625-5506
Resumen
El artículo presenta resultados preliminares de una investigación que analiza el discurso del
proyecto editorial Biblioteca del Bicentenario de Bolivia iniciado por el Gobierno boliviano en
2015. Bajo este pretexto se analizan experiencias parecidas en el continente. A través de la revisión
documental, se ha identificado que la celebración del bicentenario de la independencia ha generado
una valoración del acervo intelectual del país a lo largo de su historia, también ha sido un pretexto
en varios países sudamericanos para exponer su producción editorial, canonizar algunos autores y
promover la lectura.
Palabras clave: lectura, bicentenario, independencia, editoriales, análisis de discurso.
Abstract
The paper presents preliminary results of a research that analyzes the discourse of the editorial
project Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, initiated by the Bolivian State in 2015. Under this
excuse, similar experiences in the continent are analyzed. Through the documentary review it, has
been identified that the celebration of the bicentennial of independence has generated an
appreciation of the intellectual heritage of the country throughout its history. It has also been an
excuse in several South American countries to expose their editorial production, canonize some
authors and promote reading.
Keywords: reading, bicentennial, independencia, publishing, discourse analysis.
1 Fecha de recepción: 04 de agosto de 2020; fecha de aceptación: 16 de octubre de 2020.
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Introducción
A principios del siglo XIX, en las colonias españolas, se iniciaron, casi simultáneamente, los
movimientos independentistas. Cuando Francia invadió España en 1808 provocó una gran crisis
de vacío de poder, que impulsó los procesos emancipadores en América. Entre 1809 y 1810, se
iniciaron las guerras de los patriotas contra los realistas. Pero, en 1814, Fernando VII recuperó el
trono de España y restauró el poder realista sobre América. Sim embargo, el ansia emancipadora
ya había dejado focos encendidos. En este periodo histórico, en el territorio que posteriormente se
conocerá como Sudamérica, sobresalen las figuras de Simón Bolívar en el norte y José de San
Martín en el sur, personajes que se identifican como los principales focos emancipadores de la
región. Entre 1815 y 1825, van a producirse las grandes batallas independentistas: Maipú 1818,
Chile; Boyacá 1819 y Carabobo 1821, Colombia; Ayacucho 1824, Perú; las mismas que van a
significar el fin del dominio de la Corona española, específicamente esta última va a significar la
derrota definitiva del dominio español en América hispana. Para 1825, la mayoría de los países de
la región se declararon independientes del régimen colonial español (salvo Cuba y Puerto Rico).
Entre los años 2009 y 2011, varios países Latinoamericanos conmemoraron los doscientos
años del inicio de los procesos de emancipación. Para el desarrollo de este artículo, nos
concentraremos en los países Sudamericanos: en 2009, Ecuador y Bolivia; en 2010, Venezuela,
Argentina, Colombia y Chile; finalmente, en 2011, Uruguay y Paraguay. En todos los casos,
aunque en diversa magnitud, las celebraciones significaron inversión de recursos económicos y
humanos. Las acciones estuvieron repartidas principalmente en eventos cívicos, históricos y
culturales. Sin embargo, los documentos, críticas o análisis que se han podido encontrar sobre este
evento histórico revelan que el hecho ha pasado «sin pena ni gloria». Según Carlos Malamud
(2011), este evento no ha gozado de la relevancia esperada debido a cinco razones principales:
(1) un exceso de nacionalismo que impidió el desarrollo de cualquier propuesta de ámbito
subregional ... (2) las grandes diferencias políticas presentes en la región, visibles en el intento
del proyecto ALBA (Alianza bolivariana de los pueblos de nuestra América) de convertir en
hegemónicos sus puntos de vista, que incidieron directamente en algunas instancias de
coordinación, como el Grupo Bicentenario; (3) una politización excesiva de las celebraciones,
especialmente visible en los casos de Bolivia, Ecuador y Venezuela y también, aunque en menor
medida, Argentina, todo lo cual se expresó en la presentación de la independencia como un proceso
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inacabado y en intentos más o menos sistemáticos de falsificación de la historia y de exclusión de
aquellos grupos políticamente no afines (tanto en la actualidad como en la propia interpretación del
pasado); (4) el escaso presupuesto invertido en la conmemoración, con limitados efectos en obras
de infraestructuras, que permitieran una proyección más duradera de los festejos,
lo que también se
tradujo en constantes improvisaciones en la materia; y (5) una trivialización del concepto
«bicentenario», utilizado abundantemente como marca comercial para promocionar productos
públicos y privados de todo tipo, una práctica presente en casi todos los países latinoamericanos
prácticamente sin excepción (pp. 4 y 5).
Sin embargo, si bien las celebraciones por la conmemoración de los gritos libertarios que
marcaron el inicio del proceso de independencia ya han concluido, aún estamos en pleno proceso
de celebraciones de la consolidación de la independencia y la fundación de las nuevas repúblicas
latinoamericanas. Dentro del siguiente lustro, cinco países sudamericanos celebrarán el
bicentenario de su fundación. Esto significa una oportunidad para proponer una agenda regional,
que era lo que se esperaba con la creación del Grupo Bicentenario, que fue una instancia
multilateral creada en 2007 con el objetivo de promover y organizar la conmemoración conjunta
de los procesos de independencia desarrollados en el continente americano hace doscientos años.
Dentro de este marco, se ha considerado relevante investigar el qué y cómo de estas
celebraciones, poniendo énfasis en el ámbito cultural. Se ha identificado que la edición y reedición
de obras bibliográficas es un punto común en los diferentes festejos regionales. El artículo, se
concentra en el caso de Bolivia, pero también de modo más superficial expone las experiencias de
los otros países de la región. A manera de hipótesis, se cree que los proyectos editoriales
conmemorativos buscan tres objetivos —comunes en todos los casos—: exponer su producción
editorial, consagrar y canonizar algunos autores y promover la lectura.
Proyectos editoriales conmemorativos en América del Sur, recuento de algunos casos
Las publicaciones conmemorativas son una tradición en Sudamérica. Hace más de cien años en
Chile, para celebrar el centenario de la república, se editó la Biblioteca del Centenario de Chile;
hace más de cincuenta Venezuela comenzó a editar la Biblioteca Ayacucho; paralelamente en
Bolivia, se editaba la Biblioteca del Sesquicentenario. En esta parte del artículo, se expondrán de
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manera breve los diversos proyectos editoriales creados dentro de las agendas conmemorativas de
la independencia en la región. Se hará una breve descripción de sus contenidos y de los objetivos
con los que fueron creados.
a) Biblioteca Ayacucho
La Biblioteca Ayacucho fue creada por el Estado venezolano en 1974, en conmemoración de los
ciento cincuenta años de la batalla de Ayacucho. Esta iniciativa editorial es reconocida como la
más importante de la cultura latinoamericana y caribeña, ya que ha publicado más de trescientos
ochenta títulos de la producción intelectual latinoamericana. En noviembre de 1975, a través de la
reunión en Caracas de un grupo de intelectuales, escritores y expertos latinoamericanos y
latinoamericanistas, se definen los contenidos específicos de los libros de todas las épocas y
nacionalidades que constituirían el fondo editorial. El 8 de junio de ese mismo año, se imprime el
primer volumen de la Biblioteca Ayacucho, Doctrina del libertador, y se define el diseño editorial:
fondo negro, uso de orla, ilustraciones tomadas de artistas latinoamericanos.
A lo largo de más de cuarenta años, la Biblioteca Ayacucho se ha desplegado en varias
colecciones, cada una de ellas son el resultado de encuentros internacionales de expertos e
intelectuales de y sobre Latinoamérica. Nació con la Colección Clásica que recoge la obra
emblemática de la creación y el pensamiento latinoamericano y caribeño. Después amplió su
temática con la Colección Documentos, que está conformada por investigaciones de equipos
interdisciplinarios. Para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar, en 1983,
se lanza la Colección Paralelos, que agrupa libros de diverso tiempo, naturaleza y autoría de la
producción intelectual latinoamericana. En la década de los noventa, se crean dos nuevas
colecciones: Claves de América, pensada como una serie popular o de bolsillo, y La Expresión
Americana, que contiene biografías de los personajes destacados de América Latina. En el año
2000, surge la Colección Futuro, destinada a difundir autores latinoamericanos jóvenes
consagrados por la crítica latinoamericana, pero que no poseen la categoría de clásico. La
Colección Claves Políticas de América, se crea en 2006, recoge lo más significativo de la historia
de los movimientos y procesos políticos ocurridos en el continente. Actualmente, a través de una
alianza entre el Ministerio de Cultura para el Poder Popular de Venezuela, el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales y la Fundación Biblioteca Ayacucho es posible acceder en
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formato de libre descarga a una selección de libros de la Colección Clásica; de esta manera, se
conserva el objetivo de la creación del proyecto: «mantener vivo el legado cultural de nuestro
continente, como conjunto apto para la transformación social, política y cultural de nuestros países
y de la región» (Ministerio del Poder Popular para la Cultura, 2020).
b) Argentina
El 9 de julio de 2016, se celebró el bicentenario de la fundación de la República Argentina, este
evento se ofició de manera austera. Sin embargo, para la ocasión de la celebración del Bicentenario
de la Revolución de mayo de 1810, se incluyeron una serie de acciones que tienen que ver con el
libro. En el año 2011, se instaló la muestra itinerante «200 años, 200 libros recorridos por la cultura
argentina». La exposición la componían doscientos libros elegidos por un conjunto de
intelectuales, escritores y artistas argentinos, como obras fundamentales de la cultura argentina.
Era un viaje por esa cultura a través de una red ferroviaria, donde cada tren llevaba el nombre de
un escritor y cada libro era una estación (Ministerio de Cultura, 2020).
Específicamente, referido a publicaciones, Argentina realizó una serie de proyectos
orientados a diversos sectores de la sociedad, dentro de los más relevantes están los siguientes:
- Diario del bicentenario: 200 días, 200 diarios, la historia año por año. Una investigación
histórica que nace en 1810 y concluye en 2010, desarrollada por los más prestigiosos
periodistas e historiadores.
- Colección 200 Años, se editaron y publicaron doce títulos de la literatura nacional, para
bibliotecas populares.
- Libro del bicentenario. Contiene los hechos más relevantes de la historia argentina.
- La patria dibujada. Historietas del bicentenario.
- 200 imágenes de la historia. Imágenes para evocar la historia de Argentina.
- El mundo del trabajo en la argentina del bicentenario. Recoge la historia de doscientos
años del trabajo en Argentina.
- 200 años de historia, 100 años de cine. Es una historia sobre el quehacer cinematográfico
argentino, disponible en dos formatos: libro y muestra cinematográfica.
- Puesta en valor de la casa rosada. Libro conmemorativo e histórico.
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- Voces de la Argentina, historia de la radio nacional (1937-2010). Libro y cd con registro
histórico.
Estas publicaciones forman parte del Programa Central de la Conmemoración del
Bicentenario de la Revolución de Mayo, mismo que se desarrolló en torno a tres ejes centrales:
el fomento de un país independiente y soberano a través del desarrollo del conocimiento, la
ciencia, la tecnología y la innovación; la necesidad de promover la construcción de un país
participativo y federal, y la de profundizar su pertenencia latinoamericana.
c) Colombia
Dentro de los proyectos editoriales, en el marco de la conmemoración del bicentenario de su
independencia, Colombia edita, pública y difunde Las Maletas Viajeras del Bicentenario. Son
pequeñas colecciones bibliográficas que se entregan a maestros e instituciones que, por
condiciones geográficas o económicas, no pueden acceder fácilmente a las bibliotecas. El material
está dirigido al público infantil, incluye veinticinco títulos alusivos al proceso de la independencia
en distintos formatos (libros, discos, videos, folletos…).
En el marco de la agenda de festejos, también pretenden editar la Colección Bicentenario,
que son nueve libros coeditados junto a universidades colombianas e instituciones internacionales.
El contenido de esta colección está centrado en distintos episodios históricos del proceso de la
independencia colombiano. El objetivo del proyecto, según la ministra de Cultura de Colombia,
es «... fortalecer la historia de Colombia, circular el contenido artístico que nos caracteriza,
continuar preservando, impulsando y construyendo una identidad que integra la memoria de lo
colonial al presente. Es la oportunidad para que todos celebremos 200 años de independencia, esta
es una conmemoración que nos une como nación» (Ministerio de Cultura de Colombia, 2020).
d) Chile
Chile festejó doscientos años de independencia en 2018. Dentro de las actividades de celebración
relacionadas con la producción editorial, inauguraron en el 2004, con motivo de la celebración del
Día Internacional del Libro y la Lectura, la Biblioteca Virtual del Bicentenario. Este proyecto tiene
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antecedentes y bases en la Biblioteca del Centenario y la Biblioteca del Bicentenario, ambas
articuladas como parte de la misma cadena de desarrollo y exploración de la producción intelectual
chilena. Son veintitrés obras claves para comprender la evolución intelectual y social de Chile. En
1908, en conmemoración de los primeros cien años de la República chilena, se editaron once
títulos, entre los que se encuentran libros publicados antes de 1810 como La Araucana, Histórica
relación del Reino de Chile, Arauco domado y El cautiverio feliz, además de obras de autores
como Nicanor Parra y Raúl Zurita. Esta biblioteca, se divide en tres grandes áreas: Literatura de
la conquista y la colonia, Literatura moderna e Historia. La producción editorial de este proyecto
fue distribuida gratuitamente en todas las bibliotecas públicas; establecimientos de enseñanza;
legaciones extranjeras; institutos académicos y científicos, y sociedades obreras de instrucción.
Para el segundo centenario, se retomó esta idea actualizando el formato a las nuevas tecnologías
de información y comunicación. La Biblioteca Virtual del Bicentenario contiene cuarenta y ocho
libros completos en versión digital, que representan 20 315 páginas digitalizadas y publicadas. El
objetivo del proyecto es «dar cuenta de la identidad del país y encontrar una manera de pensarse
y de mirar hacia el futuro, sin perder de vista los orígenes» (Ministerio de Culturas las Artes y el
Patrimonio, 2020).
e) Perú
Perú celebrará los doscientos años de la declaración de independencia en 2021. Para conmemorar
este evento, se ha creado la Agenda de Conmemoración del Bicentenario, que es el gran plan de
acciones «que tienen como objetivo posicionar —tanto a nivel nacional como internacional— la
conmemoración de la Independencia y el nacimiento de la República del Perú» (Bicentenario Perú
2021, septiembre de 2020). Este plan se despliega en cinco componentes de acción. Dentro de las
actividades programadas para los festejos relacionados con el libro y el quehacer editorial, se
destacan las siguientes: Colección Biblioteca Bicentenario; es una selección de «los libros que
todo peruano debe leer», considerados imprescindibles por los ejecutores del proyecto, estos textos
han sido escritos por los grandes intelectuales peruanos. Una vez editados y publicados, se planea
distribuir este material en los colegios secundarios y en las bibliotecas públicas. Colección
Secretos del Perú, se proyecta que la publicación contendrá una selección histórica de la tradición
oral de la población afroperuana y sus aportes de cara al bicentenario. Colección Nuestros Pueblos
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Indígenas u Originarios al Bicentenario. La edición del libro Las Fuerzas Armadas y su
contribución a la independencia: 200 años de legado histórico. Y, los proyectos editoriales como
Las mujeres de la independencia y Ciudadanía plena: El reconocimiento de los derechos de las
mujeres en el Perú. También dentro del quehacer editorial está la digitalización de fondos de la
independencia y los libros donados por José de San Martín a la Biblioteca Nacional del Perú.
Digitalización y publicación online de documentos relacionados a la independencia. Edición,
publicación y difusión de la Biblioteca Jurídica del Bicentenario, entre otros. Esta amplia agenda
de conmemoración del bicentenario es el gran plan de acciones estatales concentradas y
descentralizadas, que tienen como objetivo posicionar —tanto a escala nacional como
internacional— la conmemoración de la independencia y el nacimiento de la República del Perú.
El caso de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia
En octubre de 2013, la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia crea el Centro de
Investigaciones Sociales (CIS), con el propósito de producir investigaciones en ciencias sociales
y humanas. En términos institucionales-administrativos, el CIS es una dirección de la
Vicepresidencia del Estado, que produce y patrocina tres líneas de investigación —Estado y
política, teoría e historia, economía y sociedad— orientadas al análisis de los ámbitos social,
intelectual, político y productivo boliviano (CIS, 2018). En julio de 2014, el CIS anunció la
creación de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) para celebrar los doscientos años de
la fundación de Bolivia, que se celebrará el 2025. Sin embargo, ya en mayo de ese año, se había
iniciado la ejecución del proyecto con la conformación del Comité Editorial, ente que estuvo
conformado por treinta y seis intelectuales y académicos, quienes nominaron los títulos más
representativos de la producción intelectual de y sobre Bolivia. Estas listas se acrecentaron con las
nominaciones de veinticinco profesionales invitados a proponer títulos de textos bolivianos o sobre
Bolivia. Se construyó, además, una página en internet para que la población y otros estudiosos
hicieran sus propuestas vía online. También, se consultó a extranjeros estudiosos bolivianistas para
que propusieran nombres de títulos relevantes. Todo este preliminar listado, que superó los mil
títulos, fue entregado al Comité Editorial de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia.
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En septiembre del mismo año, el Comité Editorial se dividió en tres comisiones (Historia
y Geografía; Literatura y Artes, y Ciencias Sociales) para comenzar con el trabajo técnico de
selección de las doscientas obras que serían las elegidas. Finalmente, el 17 de diciembre de 2014
en un acto oficial en Palacio de Gobierno, se presentó la lista con los doscientos títulos escogidos
para su edición y publicación. Los doscientos títulos se repartieron en cuatro colecciones: Historias
y Geografías; Letras y Artes; Sociedades, y Diccionarios y Compendios. En noviembre de 2015,
el proyecto se consolidó con la edición y publicación de las dos primeras obras que conformarán
la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB, 2014).
Hasta el momento —julio de 2020—, el CIS, a través de la BBB, ha publicado cuarenta
títulos, de los cuales: veinte pertenecen a la colección de Historias y Geografías; catorce, a Letras
y artes, y seis, a Sociedades.
El proyecto de la BBB es una política cultural y educativa del Estado, uno de sus
principales objetivos es promover el «acceso fácil, rápido y barato de los lectores bolivianos y
bolivianas a las 200 investigaciones más importantes del país» (García, 2016, p. 12).
La problemática identidad latinoamericana
Como se ha podido ver en la mayoría de los casos, la celebración del bicentenario ha significado,
significa y significará, para los Estados latinoamericanos, una tradición cívica que ha dado lugar
a la instauración de una serie de simbolismos que apuntan en la mayoría de los casos a la creación
o consolidación de una identidad nacional-regional. Los proyectos editoriales arriba descritos
cargan al libro de ese simbolismo: «dar cuenta de la identidad del país y encontrar una manera de
pensarse y de mirar hacia el futuro, sin perder de vista los orígenes» (Ministerio de Culturas, las
Artes y el Patrimonio, 2020) es el objetivo de la Biblioteca Virtual del Bicentenario de Chile; «...
continuar preservando, impulsando y construyendo una identidad que integra la memoria de lo
colonial al presente» es el objetivo de la agenda conmemorativa de Colombia. Sin embargo, esta
búsqueda no deja de ser problemática, pues la identidad Latinoamérica se funda en torno a la
exclusión «(...) heredada de los criollos ilustrados ensoberbecidos, a la misma que, ligeramente
transformada por doscientos años de historia y la conversión de la modernidad europea en
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modernidad “americana”. Se trata de una identidad que solo con la ayuda de una fuerte dosis de
cinismo podría ser plenamente un motivo de “orgullo”» (Echeverría, 2010).
La celebración del bicentenario es también un momento de cuestionamiento de esa identidad, ¿es
algo acabado?, ¿todavía estamos construyéndola? Experiencias como la de Galería de Patriotas
Latinoamericanos, en el Salón de los Héroes del Bicentenario de la Casa Rosada
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, contribuyen a
esos cuestionamientos. La polémica que promovió esta muestra, por ejemplo, con la inclusión del
Che Guevara como una figura emblemática de las luchas emancipatorias del siglo XIX y XX, era
precisamente el objetivo, «mejor que se discuta, la polémica hace crecer a las sociedades» (Piqué,
2010, p. 12). Este debería ser también el objetivo de los proyectos editoriales, generar polémica,
hacer que los lectores cuestionen la pertinencia de la inclusión de las obras en tal o cual colección
conmemorativa.
En el caso de la BBB, el propósito principal es seleccionar, publicar y difundir doscientas
de las más representativas obras del pensamiento y conocimiento de Bolivia, en busca de promover
la reflexión sobre la identidad plural de este país. El proyecto BBB es consciente de que todo
proceso de selección está condenado a excluir, que el criterio de «200 años, 200 libros» es
solamente un pretexto patriótico. Sin embargo, es posible rastrear una inquietud que busca la
representatividad en la lista de los doscientos libros de esa pluralidad:
... en la colección conviven —como en ninguna otra, probablemente— autores tan dispares en
épocas e ideas como Gabriel René-Moreno y Fausto Reinaga, expresiones muy distintas del ser
boliviano. Asimismo, los estudios introductorios que acompañan cada libro son prueba de un
legítimo empeño por poner las capacidades de la academia boliviana al servicio de las nuevas
generaciones de lectores. Otra virtud de la colección es su decidida apuesta por desenclaustrar el
conocimiento, abriéndose al mundo, sin complejos, e incluyendo un importantísimo número de
bolivianistas y autores extranjeros de diversas nacionalidades (CIS, 2020).
2 La Galería de los Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario fue un salón ubicado dentro de la Casa Rosada,
Buenos Aires, Argentina, dedicada a homenajear a patriotas de América Latina. En los muros del salón, se colgaron
pinturas de reconocidos artistas latinoamericanos que homenajean a los hombres y mujeres que lucharon por la
liberación del continente. Entre los cuadros destacados estaban los rostros de Ernesto Guevara, José Martí, Jacobo
Arbenz, Óscar Arnulfo Romero, Túpac Amaru II, Salvador Allende, entre otros.
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Imaginando una agenda conmemorativa regional, lo ideal sería mostrar que existe unidad,
que los sudamericanos tienen mucho en común, salvando el reconocimiento de identidades
homogéneas como fundamento de un Estado-nación.
La promoción lectora
En términos comunicacionales, los objetivos enunciados por los diferentes proyectos editoriales
pueden enmarcarse dentro de la comunicación pública de la ciencia
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, rama de la comunicación que
promueve lazos entre la producción, la difusión y la divulgación del conocimiento.
Específicamente, en la mayoría de los casos, las acciones comunicativas apuntan a la divulgación
porque el objetivo y los productos editoriales están orientados principalmente a un público no
especialista —por lo menos esto es lo que enuncian las instituciones ejecutoras—. En general, el
afán de los proyectos es la democratización del conocimiento a través de la edición y divulgación
de lo que ellos consideran relevante de la producción intelectual de sus países.
El libro dentro de estos proyectos editoriales es el vehículo de transmisión de saberes,
cultura y memoria. Como lo advierte Bourdieu es «un objeto de doble faz, económica y simbólica,
es a la vez mercancía y significación» (1999, p. 242). Así, los proyectos editoriales forman parte
de una agenda cultural que se inserta en la agenda conmemorativa que utiliza al libro como objeto
transportador de iniciativas gubernamentales relacionadas con la política cultural y educativa del
Gobierno que promueve su edición. Estas iniciativas, en la mayoría de los casos, están dirigidas
por la promoción de la lectura.
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Se entenderá ciencia desde una acepción abarcadora, dentro de la que confluyen tanto las ciencias naturales,
exactas y humanas.
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Sin embargo, como lo advierte Escalante (2007), podría resultar arriesgado basar estos
proyectos en el supuesto de la importancia intrínseca de la lectura. Escalante cuestiona el valor
de la lectura:
¿Por qué importa la lectura? La pregunta parece una impertinencia porque en el lenguaje habitual
de nuestra vida pública el valor de la lectura es un sobreentendido que no hace falta ni siquiera
hacer explícito (entiéndase: no la capacidad para leer, no la alfabetización, sino la práctica de la
lectura y en particular de libros). Sin más, seda por supuesta que es importante leer; más
concretamente, se da por supuesto que es importante que haya más gente que lea más libros, y es
algo que ni se discute ni necesita explicación (p. 60).
Otro factor que puede ser cuestionado en este tipo de proyectos es la imposición de valores
de clase, donde desde una posición superior el intelectual mira al público ignorante y lamenta «su
vacío intelectual» y crea la necesidad de una «alfabetización científica» (Wynne, 1992, p.38) que
puede ser satisfecha desde la producción masiva y barata de libros.
La orientación democrática e igualitaria de los proyectos editorial conmemorativos corren el riesgo
de reforzar el valor simbólico de los libros, que en algunos contextos puede resultar intimidatorio.
El discurso oficial insiste en la importancia de la lectura para el estudio y el aprendizaje, desde
este discurso se crea la necesidad de consumir un producto. En este caso específico, el discurso
crea la necesidad de consumir el libro, para ascender a la posición «intelectual» a través del objeto.
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Referencias
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