Fénix 18, 3-53

Memoria del Director de la Biblioteca Nacional Lima, 10 de Octubre de 1968. Señor Ministro de Estado en el Despacho de Educación Pública. S. M. Me es honroso someter a la consideración del Despacho a su digno cargo la Memoria reglamentaria sobre la marcha de la Biblioteca Nacional del Perú, en la cual se exponen sus actividades a lo largo de 1967, haciéndola extensiva hasta el 30 de Marzo del presente año. en que se cerró el ejercicio fiscal corres– pondiente a 1967. Séame permitido, en primer lugar, hacer presente una vez más el testi– monio de vivo reconocimiento por la distinción que comporta el hecho de haber sido llamado para asumir la Dirección de una institución con un historial de excepcional prestigio, y en la que ilustres figuras de nuestras Letras se habían desempeñado con notoria brillantez. Por Resolución Suprema número 1321, de 14 de Octubre de 1966, se designaba al suscrito para ocupar dicho cargo, a la sazón vacante. Cumplo un deber muy sinceramente sentido al reiterar, en esta oportunidad, mi agradecimiento tanto al entonces Jefe del Estado, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry, como a su Ministro del Ramo, doctor Carlos Cueto Fernandini, cuyo prestigio en el campo de la Educación ha alcanzado relieve internacional, que por cierto me había precedido en el cargo, dejando un re– cuerdo imborrable por su hombría de bien y su notorio celo por la buena mar– cha de esta institución. El nombramiento constituía para el suscrito un testi– monio de confianza, que lo comprometía a corresponder a la misma en la me– dida de sus fuerzas. Por fortuna, no puedo ocultar que razones afectivas me ligaban a la ins– titución desde 1934, en que comencé a frecuentar sus salas. Algún tiempo des– pués, en época inmediatamente anterior al siniestro de Mayo de 1943, el suscrito integró un equipo que inició tareas catalográficas, truncadas por diversos azares. Durante mi estancia en el extranjero, como funcionario del Servicio Diplomá- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.18, 1968