Fénix 19, 109-110

EL PACIFICADOR DEL PERU Raúl Rivera Serna Fueron la pluma y la espada las dos armas que forjaron la emancipación peruana y entre las cuales la prensa escrita, a través de la proclama o el perió– dico ocupó sitial preferente como medio de propaganda de las ideas libertarias. Ya aun antes del arribo de la Expedición Libertadora de San Martín a playas peruanas y en las postrimerías de la administración virreinal, habían sa– lido a luz algunos órganos periodísticos, en cuyas columnas se publicaron artícu– los abiertamente subversivos al amparo de los dispositivos de carácter liberal con– tenidos en la Constitución española del año 12; pero la reacción del gobierno vi– rreinal fue inmediata yesos periódicos fueron clausurados a poco de su aparición. Una vez San Martín en el Perú, la propaganda libertaria a través de la prensa se intensificó con la publicación de proclamas y de un periódico político trisemestral: "El Pacificador del Perú", cuyo primer número salió a luz en el pueblo de Huaura el ID de abril de 1821 y los restantes once números en este pueblo.ven Barranca y Lima, respectivamente. Editado en la Imp. de J. A. Ló– pez y Compañía fueron sus principales redactores Bernardo Monteagudo, el céle– bre ministro y colaborador de San Martín, fundador del periódico Mártir o libre, publicación ésta que salió a la circulación en Buenos Aires a poco de la instala– ción de la Junta de Mayo y Juan García del Río. Las preocupaciones propias de la guerra, frustraron los propósitos cultu– rales que se propusieron cumplir sus redactores al anunciar su publicación como órgano destinado a la difusión de las artes, las ciencias y la estadística del país. Hay dos notas que se advierten en algunos de los artículos medulares de este periódico: el espíritu conciliador que animó a sus redactores y su plena con– fianza en el éxito inmediato de la guerra separatista peruana. Conceptuaban, en el primer caso, que el proceso de la liberación americana de la dominación es– pañola podía lograrse pacíficamente y en acatamiento de las leyes naturales que norman la evolución política de los pueblos y en cuanto a 10 segundo, basaban su optimismo en la desmoralización y el desconcierto que reinaban en el seno del gobierno virreinal, en la crisis política interna que experimentaba España, 10 que le impedía enviar tropas a América y en el optimismo que se advertía en– tre el elemento peruano. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.19, 1969

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