Fénix 21, 75-81

Carlos A. Romero RUBEN VARCAS UGARTE. S. t. Entre los hombres que se sucedieron en la Dirección de la Biblioteca Na– cional, después de la guerra del 79, ninguno llegó a ocupar por tantos años el puesto ni se entregó a las tareas propias de su cargo como D. Carlos A. Rome– ro. Habiendo ingresado en el año 1883, como auxiliar, ejerció interinamente el cargo de Director, de 1924· a 1926, y luego como titular desde el año 1928 has– ta el año 1943: Cumplió, pues, sesenta años al servicio de la Biblioteca, una vida entera podemos decir. No se ha reconocido, como se debiera, la labor que desarrolló al frente de la Biblioteca, y aun en las escasas notas biográficas que se han publicado después de su muerte, se han pasado por alto sus reales me– recimientos y se ha regateado el elogio a "u obra histórica (1). Por esta razón creo que es tiempo de reivindicar su memoria, tanto más, cuanto que después del incendio de la Biblioteca. la malevolencia de uno" y la desatentada ingeren– cia de otros llegó a enlodar su figura con la increíhlc inculpación de haber sido causa del grave siniestro que redujo a pavesas nuestra antigua Biblioteca Nacio– nal. Esto podría haber sido obra de un loco, pero no de un hombre cuerdo como D. Carlos, y de un hombre que amaba la Biblioteca y le había consagrado lo mejor de su vida. El asunto se llevó a los tribunales y. después de una severa in– vestigación, se llegó a la conclusión de que no cabía ni intentar un proceso con– tra el viejo Director de la Biblioteca y se mandó cortar el juicio. Esta fue, digá– moslo así, su primera vindicación. pero de ella no se dieron cuenta muchos, ya que él mismo no se esforzó por que se le diera la publicidad necesaria. Persuadi– do de su inocencia, y sin tener que reprocharse nada en el desempeño de su cal" go como bibliotecario, se contentó con el veredicto de los jueces y aguardó a que la posteridad 10 absolviese también de los gratuitos cargos que se le imputaban. D. Carlos A. Romero nació en Lima el año 1863 e hizo sus estudios de se– gunda enseñanza en el Colegio que dirigía D. Agustín de la Rosa Toro y en el 1 La Revista H islórica publicó una rápida nota hibliográfica de Alberto Tauro y en el tomo XXII de la misma Revista, Evaristo San Cristóbal, con más extensión y, haciendo el de– bido aprecio de la labor del extinto, escribió una nota que es a un tiempo biográfica y hihliográfica. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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