Fénix 21, 44-57

Mariano José de Arce, primer bibliotecario ESTUARDO NUS/EZ Mariano José de Arce nació en Arequipa en 1781, en un hogar. muy 1110– desto que pudo proporcionarle sólo escaso apoyo familiar. Pero su clara inteli– gencia revelada desde tempranos años en una escuela parroquial puru niiios pobres despertó el interés de sus maestros para destinarlo al servicio de Ia Igle– na. Es así corno resulta acogido en las aulas del convento de Santo Domingo y luego en las del de San Francisco donde realiza estudios de Teología duran– te 4 años, con singular brillantez. Empezó así a ofrecer notoria capacidad en la oratoria y el debate y a distinguirse dentro de una extraordinaria gene– ración arequipeña constituida por hombres nacidos en un lapso generacional (fue irá desde 1780 a 1790 y en la cual se distinguen don Francisco Javier de Luna Pizarro (n. en 1780), don Mariano Alejo Alvarez (n. en 1781), don Fran– cisco de Paula Quirós, (n. en 1782), don José María Corbacho (n. en 1785), Jo– sé Piñeyro, por la misma época, Benito Laso (n. en 1783), Mariano Melgar (n. en 1791), quienes no por coincidencia estuvieron marcados en la década de su nacimiento por el signo histórico de la rebelión de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru. Al cumplir los 20 años. hubo también la oportunidad de que esta gencra– cron de jóvenes arequipeños, en quienes palpitaba una encendida inquietud por las nuevas ideas, entrara en correspondencia con el grupo de jóvenes que en Li– ma participaban de las mismas inquietudes, entre quienes destaca José Faustino Sánehez Carrión, nacido en 1787. En carta dirigida al obispo Enzina de Are– quipa, a comienzos de 1810, para solicitar el subdiaconado, Arce afirma que su vocación intelectual lo había familiarizado con "todo géncro de literatura". En efecto daba pruebas de ello en su dedicación al magisterio pedagógico corno pro· Iesor público de "Latín y Retórica" y en su versación en los textos de filósofos modernos. Con la dispensa del caso, leía a los enciclopedistas y abarcaba re– giones del saber muy contrapuestas a las especulaciones meramente teológicas. En todo ello coincidía con las inquietudes de aquella nueva generación que en Arequipa ofrecía ya, por los años de 1809, una rara actividad en la confronta– ción de ideas de renovación y cambio de las condiciones sociales prevalecientes en el estrecho y crítico ambiente virreynal. Por esa época empezó a funcionar en el barrio de la Pampa de Miraflores de Arequipa. en la quinta Tirado. una Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.21, 1971

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