Fénix 43-44, 79-98

Mucho se ha escrito sobre la disputa intelectuai y política que enfi-entó a dos grandes de nuestra cultura: Ricardo Palma y Manuel Gonzidez Prada.' En sentido estricto, no se puede ica, pues no existieron Bos cuestionamientos y las respuestas de forma directa -salvo una vez, y teniendo como escenarioa la BibliotecaNacional-. En todo caso, se trató de un conflicto mucho más general que se puede denominar cultural y que se desarrolló por interpósitas personas (o, incluso, generaciones), y más allá de la animosidad personal que existió entre ambos hombres de letras. Las maneras de entender dicho conflictohan sido varias, de las cuales las más importantesson las siguientes: l. Un primer tipo de lectura sostieneque la disputaentre ambos escritores fue porque Palma veía a la historiaperuana de una manera contínua e incluyente, en donde la época virreinal se constituye en un momento de fundación de la nacionalidad a la que le otorga, además, su carácter, y esto es lo que se ve reflejado en sus tradiciones; mientras que, por su parte, González Prada reclamaba el aniquilamiento del pasado -que consideraba oprobioso- y, por lo tanto, por enfrentarse a nuestro legado, era considerado como un pensador antinacional. Esta tesis fue sostenida, con matices, por los intelectuales del Novecientos (José de la RivaAgüero, Franciscoy VenturaGarciaCalderón,VíctorAndrésBelaunde). 2. A esta interpretación se opuso la que sostuvieron los miembros de la generación del Centenario,pues afirmabanque a Palma no se le debía considerar un "colonialista" y que, a pesar de lo que indicaron sus formas literarias, no era condescendiente con el pasado sino que, por el contrario, detrás de su suave tono, se burlaba del tiempo de la dominación española y que, en todo caso, la lectura de un Palma que se identificaba con ella era responsabilidad de sus admiradores, especialmente los novecenti~tas.~ * Doctor en Ciencias Sociales. Director Técnico de la Biblioteca Nacional del Perú. Autor de libros y artículos sobre sociologia y polltica. I Agradezco el apoyo desinteresado y profesional de Delfina González del Riego, quien me proporcionó, siempre a tiempo, los materiales necesarios para redactar este artículo. De igual modo, a Luisa Montes por su desprendido apoyo bibliográfico, a Gladys Padr6 por sus comentarios y lectura a una versión anterior de este texto, a Isabel López Eguren, por su siempre atento auxilio en los momentos críticos y, por supuesto, al lector anónimo que me ayudó a precisar algunos aspectos descuidados por mí. 2 La lectura propuesta por los centenaristas acerca de Palma sostenía que el escritor "nacionalizó" a la colonia, es decir, la enmatcó al interior de las tradiciones culturales y literarias peruanas. Vease Antonio Cornejo Polar, La formación de la tradición liferaria en el Perú, CEP, Lima, 1989. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.43-44, 2001-2002

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